Pimienta Blanca Molida

Aunque ambas provienen de la misma planta (Piper nigrum), son productos muy diferentes debido a su proceso y, como resultado, a su sabor y uso:

Proceso: La pimienta negra es el fruto casi maduro secado al sol. La pimienta blanca es el fruto ya maduro, que se sumerge en agua para retirarle la piel exterior, dejando solo el núcleo.

Sabor: La negra es compleja y aromática (floral, resinosa) con un picor que acompaña. La blanca tiene menos aroma, pero un picor más directo y agudo, con notas terrosas características.

Uso: La negra se usa para aportar sabor y aroma robusto. La blanca se usa cuando se busca un picor "limpio" sin alterar el color o los aromas delicados de un plato.

La pimienta blanca es la elección profesional cuando la estética y la pureza del sabor son cruciales. Es indispensable en:

Platos de color claro: Es la razón principal de su existencia. Se usa en salsas como la bechamel, veloutés, salsas de nata, mayonesas o en purés de patata y coliflor para aportar picor sin dejar los puntos negros de la pimienta negra.

Platos de sabor delicado: En pescados blancos, carnes de ave o mariscos, donde el perfume intenso de la pimienta negra podría enmascarar los sabores sutiles del ingrediente principal.

Cocina Asiática: Es un pilar en muchas sopas y salteados de la gastronomía china, tailandesa y vietnamita, donde se busca su picor nítido y terroso.

Ese sabor único y característico proviene directamente de su proceso de elaboración. El remojo de los granos maduros en agua durante varios días para ablandar y retirar la cáscara es, en esencia, un proceso de fermentación. Son precisamente los compuestos que se generan durante esta fermentación los que le otorgan a la pimienta blanca esas notas distintivas, a menudo descritas como terrosas, complejas y, para algunos paladares, ligeramente "animales". Es el sabor de la técnica.

La percepción del picor es diferente. Generalmente, se considera que la pimienta blanca tiene un picor más directo, agudo y rápido en el paladar. La sensación picante de la pimienta negra, en cambio, es más compleja, está más integrada con otros aromas y se desarrolla de forma algo más lenta. Por lo tanto, aunque la cantidad de piperina (el compuesto picante) es similar, la sensación del picor de la pimienta blanca es más pura y nítida.

Si bien el grano entero siempre conserva mejor la frescura, la pimienta blanca tiene una particularidad: el grano seco es extremadamente duro, más que el de la pimienta negra, y puede ser difícil de moler en algunos molinillos domésticos o incluso dañarlos. Nuestra pimienta blanca molida ofrece dos ventajas clave: la conveniencia de un producto listo para usar y una molienda fina y uniforme, ideal para disolverse perfectamente en salsas sin dejar textura. Te garantizamos la calidad de un grano superior con la practicidad que estos platos delicados requieren.