Pimentón Picante

La diferencia fundamental reside en el proceso de secado, que cambia por completo el perfil de sabor:

Pimentón Ahumado (de la Vera): Se seca lentamente con humo de leña de encina o roble. El resultado es un sabor profundo, rústico y con un inconfundible y potente sabor a humo, ideal para platos como el pulpo a la gallega o las patatas revolconas.

Pimentón No Ahumado (como el nuestro): Se seca sin humo, generalmente al sol o con aire caliente controlado. El resultado es un sabor mucho más puro, frutal y brillante, que celebra el sabor auténtico del pimiento rojo maduro. Es la elección perfecta cuando se busca un picante nítido sin la nota dominante del humo.

La calidad de un gran pimentón no depende exclusivamente de un sello, sino del cuidado en todo el proceso. Nuestra garantía de calidad se basa en tres pilares:

Materia Prima Superior: Seleccionamos exclusivamente variedades de pimiento por su equilibrio perfecto entre un picor elegante y un dulzor natural.

Proceso Controlado: Nuestro método de secado está diseñado para preservar el color rojo vivo y las notas frutales del pimiento, resultando en un producto más limpio y vibrante.

Molienda Fresca: Molemos nuestro pimentón en pequeños lotes de forma frecuente para asegurar que recibes un producto con la máxima frescura, aroma y potencia, a diferencia de los pimentones industriales.

Debes elegir nuestro pimentón picante siempre que el objetivo sea añadir un picante intenso y un color vivo sin que el sabor a humo sea el protagonista. Es la opción superior para:

Adobos y Marinadas: Donde quieres que el sabor del pimiento y otras especias brillen por sí mismos.

Sofritos y Bases de Guisos: Para construir una base de sabor auténtica y tradicional.

Platos con Ingredientes Delicados: Como pescados o pollos, donde una nota de humo podría opacar el sabor principal.

Dar un toque final: Espolvoreado sobre huevos, hummus o verduras asadas para un extra de color y picor.

El sabor es el del pimiento rojo maduro en su estado más puro y concentrado. Al no tener la capa de humo, lo que percibes en primer lugar son las notas dulces y visiblemente afrutadas de la propia materia prima. Inmediatamente después, aparece un picor nítido, claro y vibrante que aporta calor y alegría al plato sin la complejidad rústica de un ahumado. Es, en esencia, un sabor más "solar" y directo

El error más común, y que puede arruinar cualquier plato, es añadir el pimentón a aceite muy caliente y dejar que se fría. Debido a su contenido en azúcares, se quema en segundos y se vuelve irreparablemente amargo.

El truco de experto es infalible: aparta siempre la sartén o la olla del fuego, añade el pimentón, remueve enérgicamente durante 3-4 segundos para que se mezcle con la grasa y libere su color, e inmediatamente después, vierte un líquido (vino, caldo, tomate) para cortar la cocción antes de devolverlo al fuego. ¡Así siempre quedará perfecto!